Biomasa

Jeloal ha ido incorporando todas aquellas nuevas tecnologías que han ido apareciendo , ligadas a la sostenibilidad, a su catálogo de Proyectos e instalaciones.

Como no podía ser de otra manera, la biomasa ha entrado en ese catálogo y como siempre, nos hemos asociado a las marcas más fiables y con mejores rendimientos del mercado, de la mano de las cuales hemos ido realizando proyectos, cada vez más ambiciosos, que han terminado por situarnos como una empresa de referencia en el mercado gallego.

¿Qué es la biomasa?

La biomasa es aquella materia orgánica de origen vegetal o animal, incluyendo los residuos y deshechos orgánicos, susceptible de ser aprovechada energéticamente. Las plantas transforman la energía radiante del sol en energía química a través de la fotosíntesis, y parte de esta energía queda almacenada en forma de materia orgánica.

CLASIFICACIÓN DE LA BIOMASA

La biomasa podemos clasificar en dos grandes grupos:

  1. biomasa natural y biomasa residual según su origen.
  2. biocombustibles sólidos, líquidos o gaseosos según su estado.

Pero también podemos clasificarla según sus principales fuentes en los siguientes tipos:

– Agrícola herbácea (paja, cañote de maíz, etc.) y leñosa (restos de podas, sarmientos)

– Forestal: restos de labores de silvicultura (ramas, tocones, etc.)

– Industrial de origen agrícola (orujillos, huesos, cáscaras, etc.) o de origen maderero (serrines, astillas, virutas, cortezas, etc.)

– Cultivos energéticos: cultivos de especies destinados específicamente a la producción de biomasa para uso energético

– Otros tipos de biomasa como la materia orgánica de la basura doméstica (RSU) u otros subproductos de reciclado

En cualquier caso, para la biomasa y para todos sus usos, siempre estamos hablando de una energía renovable. Renovable porque se trata de un circuito cerrado de materias primas en ciclos en muchos casos anuales, miles de años más cortos que los de los combustibles fósiles. Renovable porque por el mismo motivo es inagotable siempre que se gestione sosteniblemente; porque es endógena y por su disponibilidad en el territorio. Y también le dota carácter de renovable su papel en el tratamiento de residuos y en el aprovechamiento de terrenos y usos.

Calentarse con este recurso es además bueno para el bolsillo puesto que la energía que produce es mucho más económica que los combustibles fósiles, resultando un ahorro en torno al 40%. El ahorro es, por tanto, considerable y permite una rápida recuperación del capital invertido en el sistema.

Aplicaciones
  • Calefacción en viviendas, edificios, naves industriales, etc.
  • Producción de ACS
  • Climatización de Piscinas
La producción térmica para viviendas residenciales se puede realizar mediante diferentes sistemas:
  • Estufas: únicamente proporcionan calefacción para una estancia.
  • Calderas de baja potencia: utilizadas para viviendas unifamiliares o edificios con tamaño reducido.
  • Calderas para bloque o edificio de viviendas: dan lugar a un sistema de calefacción centralizado.
  • Chimeneas: El área a calefactar se limita a una sala delimitada. No son los sistemas de calefacción más adecuados ya que sobre el 20% de la energía de la madera quemada se utiliza como radiación. Por tanto, su elección en muchas ocasiones se debe a factores estéticos.
  • Cassettes: la potencia oscila entre 5-10 kW, y pese a que se genera mayor calor que en las chimeneas, los rendimientos son inferiores al 40%. Se alimenta con combustible tipo briqueta o leña.
  • Centrales térmicas: también denominadas District heating, calientan varios edificios o grupos de viviendas.

Calderas para la producción térmica en viviendas o comunidades de vecinos.

Las calderas se clasifican según el tipo combustible ó su tecnología.

Calderas según tipo de combustible

  • Calderas de pélets: específicas para la utilización de este tipo de biocombustible si el fabricante no garantiza la posibilidad de emplear otro combustible diferente en las especificaciones técnicas. La potencia máxima de este tipo de calderas es de 40 kW y son pequeñas, eficientes y de bajo coste.
  • Calderas de biomasa: al contrario que las calderas de pélets, permiten la utilización de cualquier tipología de biocombustible. La potencia varía desde los 25 kW a cientos de kW. El cambio de combustible requiere de un proceso complejo previo de programación, vaciado de silo, recarga y reprogramación.
  • Calderas mixtas o multicomponentes: diseñadas para potencias de 200 kW o mayores. Se pueden utilizar dos biocombustibles diferentes y el cambio de uno a otro se realiza de forma más sencilla que en las calderas de biomasa descritas anteriormente.

Calderas según tecnología

  • Calderas convencionales adaptadas a la biomasa: se trata de calderas antiguas adaptadas a biomasa a través de un quemador. Los rendimientos son del 75% al 85% y los costes de mantenimiento son económicos.
  • Calderas estándar de biomasa: son calderas automáticas, ideadas para la utilización de un biocombustible determinado (pélets, astillas, briquetas, leña) y con un rendimiento medio del 92%. Es posible utilizar un combustible alternativo a la biomasa pero con el inconveniente de que disminuye la eficiencia.
  • Calderas mixtas: permiten el uso alternativo de dos biocombustibles siempre y cuando las condiciones económicas y de suministro lo aconsejen. Son calderas automáticas con rendimientos cercanos al 92% pero requieren de almacenamiento y un sistema de alimentación específico para cada caldera. Por tanto, ofrecen versatilidad y altos rendimientos, aunque con costes de inversión superiores a los de otros sistemas.
  • Calderas de pélets a condensación: diseñadas para el uso exclusivo de pélets. Estas calderas recuperan el calor latente de condensación contenido en el combustible bajando progresivamente las temperaturas de los gases hasta que se condensa el vapor de agua en el intercambiador. La utilización de este sistema produce un 15% de ahorro de pélet con respecto al sistema estándar.

El primer paso a seguir en la selección de la caldera de biomasa es analizar su rendimiento. En España, según la última modificación del Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) del año 2013, el rendimiento mínimo de las calderas ha de alcanzar el 80%.

Actualmente, las calderas presentes en el mercado español cuentan con rendimientos que superan holgadamente los requerimientos del RITE.

Otras consideraciones importantes a tener en cuenta:
  • Calidad y tipo de combustible disponible: conviene limitar la elección de la caldera en función del tipo de combustible disponible en la zona.
  • Nivel de automatización de la caldera: las tareas de mantenimiento se reducen a medida que aumenta la independencia del funcionamiento de las calderas.
  • Rendimiento: considerar siempre la elección de calderas con altos rendimientos y bajas emisiones.
  • Empresa instaladora y mantenedora: que asegure un suministro regular y un correcto funcionamiento de la caldera.
  • Sistemas modulantes: que permitan la regulación de la potencia en función de la demanda existente.
  • Potencia: instalar la potencia adecuada en base a la demanda térmica.

En Jeloal le proporcionaremos toda la información que precisa para elgir la mejor opción y le asesoraremos fielmente en todos los pasos del proyecto y la instalación

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